viernes, 6 de abril de 2012

JUEVES SANTO

ABRIR NUESTRO CORAZÓN A LAS NECESIDADES DE LOS DEMÁS


   El Jueves Santo, la Iglesia, junto con la celebración de la institución de la Eucaristía, celebra el día del amor fraterno. Es algo singular que la misma distribución de las lecturas evangélicas de ese día coloquen la narración de las palabras Eucarísticas en boca de San Pablo, en la segunda lectura, reservando para el Evangelio el momento del servicio, el lavatorio de los pies. Algo que por singular o llamativo no deja de tener su trascendencia.
      El amor fraterno, o si se prefiere la caridad, es algo que no se agota en una institución, por mucho que ésta se llame Caritas, ni tan siquiera en alguna orden religiosa que lleva su nombre. La caridad es algo que afecta a la totalidad de la Iglesia. Jesús amó a los suyos "hasta el extremo", nos dice el evangelista Juan. Este amor lo demuestra lavando los pies a los apóstoles. Es el único evangelista que no relata la institución de la Eucaristía. No hacía falta.....El gesto del lavatorio lo dice todo. Demuestra que ha venido a servir y no a ser servido, está dispuesto a dar la vida por todos.
     La Eucaristía es memorial (actualización) de la muerte y Resurrección de Cristo, sacrificio de la Nueva Alianza y sacramento de amor y de unidad. Cada vez que la celebramos, proclamamos la muerte y la Resurrección de Jesucristo como dice la Primera Carta de San Pablo a los Corintios. La Alianza del Pueblo de Israel es el anticipo de la Nueva Alianza sellada con la sangre de Cristo. Pero creo que hoy debemos resaltar que la Eucaristía nos une en el amor y nos da fuerza para transformar este mundo desde el amor.
    El amor construye la fraternidad. Donde hay amor, hay fraternidad; donde no hay, puede quedar la apariencia o el nombre, pero se escapa la realidad. Y puesto que el amor ofrecido provoca un amor correspondido, el encuentro siempre se convierte en oportunidad de gracia para nuestro interlocutor.
     El amor cristiano es agapê, es decir amor gratuito y desinteresado, que no exige nada a cambio. El amor fraterno solo es posible si nuestro corazón se abre a los demás, si compartimos lo que tenemos, lo que sabemos, si ayudamos a quien más lo necesita.
     Hay un cuento muy bonito donde se expresa bastante bien lo que es el amor fraterno. Dice así:

    El rey Salomón fue un rey judío considerado de los más sabios. Durante su reinado, vivieron en Sión dos hermanos que eran agricultores y sembraban trigo. Cuando llego la época de la cosecha, cada uno fue a coger el trigo en su campo. Una noche, el hermano más viejo juntó varios paquetes de su cosecha y los llevó al campo del hermano más joven, pensando:
- Mi hermano tiene siete hijos. Son muchas bocas para alimentar. Es justo que yo le dé una parte de lo que conseguí.
Con todo, el hermano más joven también fue al campo, juntó varios paquetes de su propio trigo, los cargó hasta el campo del hermano más viejo, diciendo para sí mismo:
- Mi hermano está solo, no tiene quien lo auxilie en la cosecha. Es bueno que yo comparta una parte de mi trigo con él.
Cuando se levantaron ambos, por la mañana, y fueron al campo, quedaron muy admirados de encontrar exactamente la misma cantidad de trigo del día anterior. Llegada la noche siguiente, cada uno tuvo el mismo gesto de gentileza con el otro. Nuevamente, al reaccionar, encontraron intactos sus estoques. Fue en la tercera noche cuando se encontraron en medio del camino, cada cual cargando para el campo del otro un haz de trigo. Se abrazaron con fuerza, derramaron muchas lágrimas de alegría por la bondad que los unía.
La leyenda cuenta que el rey Salomón, al tomar conocimiento de aquel amor fraterno, construyó el Templo de Israel en aquel lugar de fraternidad.
                                                                    (José María Martín)


martes, 3 de abril de 2012

EXALTACIÓN DE LA SAETA

LA NOCHE DEL VIERNES 30 DE MARZO, VIERNES DE DOLORES, ASISTIMOS A UNA EXALTACIÓN POÉTICO- MUSICAL DE LA SAETA, TODO UN LUJO PARA NUESTRA PARROQUIA Y NUESTRO PUEBLO.
LOS TRES SAETEROS, FRANCISCO MOYA, PEDRO CINTAS Y TAMARA ALEGRE, Y EL RECITADOR JOSÉ LUIS BERNAL, NOS EMOCIONARON Y SORPRENDIERON, CON LA SOLEMNIDAD DE LOS RECITADOS Y EL  CANTE DE LAS SAETAS, DANDO A CONOCER UNA MANERA DIFERENTE DE DECLAMAR LA PASIÓN DE CRISTO.


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