lunes, 12 de agosto de 2013

TESTIMONIO DE UN JOVEN EN LA JMJ DE BRASIL

"Sacad la cruz, miradla y arrodillaos"

El tercer testimonio  fue el de  Felipe Passos, de 23 años. Salió en silla de ruedas, aunque tardamos en saber por qué.

Contó que "desde niño buscaba sentir el amor de Dios más profundamente, tener una experiencia con Dios más fuerte". Esa historia empezó a hacerse realidad en la JMJ de Madrid: "Pude ir, casi sin dinero, gracias a la ayuda de muchas personas. Viví experiencias que fueron enraizando y purificando mi fe. En el día de la Vigilia tuve una experiencia muy fuerte con Jesús. Miré aquella cruz de Juan Pablo II peregrino del amor, miré el icono de Nuestra Señor, miré la multitud como la estoy mirando ahora, y sentí en el silencio del Papa Benedicto XVI aquel silencio que él pidió".

Fue en ese momento: "Puedo deciros que oí la voz de Dios. Después volví a Brasil con el corazón en llamas, lleno del Espíritu Santo". Y sabiendo que la siguiente etapa era en Río de Janeiro, dos años después.

Él y sus amigos del grupo de oración estuvieron durante meses trabajando para reunir el dinero con el que poder ir a Río. Ese dinero estaba en casa de Felipe. Pero el 13 de enero, dos días antes de cumplir los 23 años, le asaltaron: "Dos personas entraron en mi casa para robar ese dinero. Yo miraba a mi madre y a mis hermanos y recordaba todo el esfuerzo hecho para realizar ese sueño. Me dispararon, y mi vida pudo terminar allí".

Pero no fue así.  "La misericordia de Dios fue tan grande, que Dios en menos de dos minutos hizo que vinieran dos bomberos a sacarme de la parada cardiovascular que tuve antes de ir al hospital. El médico le dijo a mis padres que no sobreviviría. Mi madre dijo que sí, con fe en la oración. Recibí la extremaunción. Y estoy aquí".

Una campaña nacional e internacional de oración pidió para que se salvase. "Yo estaba en coma inducido e intubado, pero conseguí pedir la Eucaristía. La misericordia de Dios ese día fue enorme. Dios me dio una cruz, que es mi silla de ruedas".

Y entonces Felipe empezó a interactuar con el millón y medio de personas que le escuchaban: "Quiero que cada uno coja su cruz del peregrino y la mire: obispos, cardenales, todos, miren a la cruz. Hoy esta cruz en mi vida es mi silla. ¿Cuál es tu cruz?".

Les pidió que se la quitasen del cuello para mirarla y se arrodillasen ante ella y gritasen "Esta es nuestra cruz". ¡Lo hicieron! Y proclamó: "Un día intentaron derrumbarme con mi cruz, pero no lo consiguieron. Esta cruz me ha levantadao y es la cruz de la resurrección, de la victoria, de una nueva generación de adoradores, de jóvenes con fe, con fuego en el Espíritu Santo. Amén".

martes, 6 de agosto de 2013

LEYENDA ÁRABE SOBRE LA AMISTAD

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto. En un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?.

Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón... dónde ningún viento en todo el mundo podrá borrarlo.

sábado, 3 de agosto de 2013

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO

CONTRA LA INSENSATEZ
 
    Cada vez sabemos más de la situación social y económica que Jesús conoció en la Galilea de los años treinta. Mientras en las ciudades de Séforis y Tiberíades crecía la riqueza, en las aldeas aumentaba el hambre y la miseria. Los campesinos se quedaban sin tierras y los terratenientes construían silos y graneros cada vez más grandes.
    En un pequeño relato, conservado por Lucas, Jesús revela qué piensa de aquella situación tan contraria al proyecto querido por Dios, de un mundo más humano para todos. No narra esta parábola para denunciar los abusos y atropellos que cometen los terratenientes, sino para desenmascarar la insensatez en que viven instalados.
     Un rico terrateniente se ve sorprendido por una gran cosecha. No sabe cómo gestionar tanta abundancia. “¿Qué haré?” . Su monólogo nos descubre la lógica insensata de los poderosos que solo viven para acaparar riqueza y bienestar, excluyendo de su horizonte a los necesitados.
    El rico de la parábola planifica su vida y toma decisiones. Destruirá los viejos graneros y construirá otros más grandes. Almacenará allí toda su cosecha. Puede acumular bienes para muchos años. En adelante, solo vivirá para disfrutar: ”túmbate, come, bebe y date buena vida” . De forma inesperada, Dios interrumpe sus proyectos: “Imbécil, esta misma noche, te van a exigir tu vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?” .
    Este hombre reduce su existencia a disfrutar de la abundancia de sus bienes. En el centro de su vida está solo él y su bienestar. Dios está ausente. Los jornaleros que trabajan sus tierras no existen. Las familias de las aldeas que luchan contra el hambre no cuentan. El juicio de Dios es rotundo: esta vida solo es necedad e insensatez.
    En estos momentos, prácticamente en todo el mundo está aumentando de manera alarmante la desigualdad. Este es el hecho más sombrío e inhumano: ”los ricos, sobre todo los más ricos, se van haciendo mucho más ricos, mientras los pobres, sobre todo los más pobres, se van haciendo mucho más pobres” (Zygmunt Bauman).
    Este hecho no es algo normal. Es, sencillamente, la última consecuencia de la insensatez más grave que estamos cometiendo los humanos: sustituir la cooperación amistosa, la solidaridad y la búsqueda del bien común de la Humanidad por la competición, la rivalidad y el acaparamiento de bienes en manos de los más poderosos del Planeta.
     Desde la Iglesia de Jesús, presente en toda la Tierra , se debería escuchar el clamor de sus seguidores contra tanta insensatez, y la reacción contra el modelo que guía hoy la historia humana. 

(J.  Antonio Pagola)