Nosotros medimos “enredados” por nuestros cálculos. Nos atrapa la red
del limitado realismo, de los práctico, de nuestros intereses, de lo que
nos gusta… Jesús nos pide que lancemos nuevamente las redes para que lo
imprevisible entre en nuestra vida y “descoloque” nuestra manera de
pescar.
La pesca es abundante cuando nos dejamos “atrapar” por la red de Jesús.
Atrapados en su red, somos capaces de atraer a otros hacia Jesús y su
propuesta de vida bienaventuradas.
Para pescar lo mejor “ser pescados” por Jesús. Luego, comenzaremos una
vida nueva, diferente, con otros criterios que se aproximan más a
nuestra auténtica vocación.
En este fin de semana de Manos Unidas dejémonos “pescar” por la
solidaridad y el Amor que brotan continuamente del Evangelio.
“Enredados” en nuestras cosas estamos llamados a preocuparnos, sentir
con los otros, los otros que están más lejos y sufren hambre y no
conocen al Señor Jesús.
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