jueves, 22 de noviembre de 2012

MARVAO, NOVIEMBRE- 2012



CRÓNICA CONVIVENCIA PARROQUIA DE ENTRERRIOS
MARVAO (10 de noviembre de 2012)

El pasado sábado, 10 de Noviembre, la comunidad parroquial de Entrerríos,  pequeños y mayores, madrugaron para convivir y disfrutar de las fiestas de las castañas en la población portuguesa de Marvao. 

Este precioso pueblo  medieval,  rodeado de muralla, con su calzada empedrada , su castillo… sirvió de escenario de buenas conversaciones, risas y anécdotas como la de la búsqueda de Paca o “el bailoteo”, acompañado por la charanga “Amigos da música”, bajo el arco - portal de una calle. Se formó un tapón… ¡ Imposible  pasar por la calle!

Toda la mañana, el telón de fondo fue la niebla que pintaba todo de blanco, y mojaba. Este inconveniente, no pudo con aquellos parroquianos, pues no les paró para probar las castañas asadas, las frescas, las buenas “dulzainas” y el vino, que algunos compraron, y  que a otros no les hizo falta, pues la bota de Iván dio para mucho.


Parece que tras el buen bocata, los churritos con canela o chocolate, y demás cosas… la nube se asustó y les dejó ver aquel maravilloso paisaje envolvente.

Subieron al castillo. Precioso monumento, colofón de la gran muralla que abraza al pueblo. Muchos aventureros y aventureras –sobre todo, aventureras- se atrevieron a subir, sin obstáculo alguno, ni siquiera de edad, para escalar aquellas escaleras de menos de medio metro de anchas.

El sol salió al atardecer para iluminar el paseo por el campo y la recogida de castañas esparcidas por el camino… La pequeña caminata desembocó en la carretera que les condujo a “la viajera”, aparcada por el gran conductor y paisano Ceferino. Andando por el arcén, todos en fila india, arriesgando sus vidas como auténticos exploradores para alcanzar el objetivo: el autobús que los devolvería a la Serena.


El capricho final fue, tras convencer al conductor, echar un rato en “el Faro”. Pero, advertidos por el padre Fermín, no se dejaron arrastrar demasiado por el consumismo.


Convivencias como éstas, son las que hacen, que historias y vidas distintas , pero que tienen más en común que lo que les diferencia: la fe en el Señor Jesús, se unan aún más.  De esta manera la Iglesia late con fuerza y sigue llevando la Buena Noticia allí donde vive.

                  Gracias a todos

                                                Domingo Sánchez




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